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Las campañas SIGSBEE tienen como principal objetivo ver el cambio que hay en la diversidad biológica, en la abundancia de los organismos y en la biomasa y talla de los organismos que viven en el fondo marino, un fondo marino profundo. Estamos hablando de 3 mil 800 - 3 mil 900 metros de profundidad. La idea es que a lo largo de 24 años vamos a ver qué tanto ha cambiado y cómo va asociado también al calentamiento del océano y la cantidad de alimento que llega a producirse en la superficie y se deposita hacia el fondo marino.
SIGSBEE: Estudiando los efectos del cambio climático en el mar profundo
Dra. Elva Escobar: las campañas SIGSBEE tiene como principal objetivo ver el
cambio que hay en la diversidad biológica, en la abundancia de los organismos y
en la biomasa y talla de los organismos que viven en el fondo marino, un fondo
marino profundo. Estamos hablando de 3 mil 800 - 3 mil 900 metros de
profundidad. La idea es que a lo largo de 24 años vamos a ver qué tanto ha
cambiado y cómo va asociado también al calentamiento del océano y la cantidad
de alimento que llega a producirse en la superficie y se deposita hacia el fondo
marino. 
Texto en off: La investigación forma parte de un estudio ecológico de largo plazo
que comenzó en la década de los noventa para describir la biodiversidad del fondo
marino profundo y documentar su cambio en el golfo de México. 
Para esta campaña, el buque oceanográfico "Justo Sierra" se dirigió hacia dos
estaciones de estudio ecológico de largo plazo ubicados en la planicie abisal de
Sigsbee, la región más profunda de la cuenca del golfo de México. 
A la fecha, la investigación apunta a que uno de los principales factores que ha
impactado en la composición de este ecosistema es el calentamiento de la
superficie del océano. 
Dra. Elva Escobar: lo que pensamos que vamos a seguir encontrando es que
cada vez va a haber organismos de talla más pequeñita porque no llega tanto
alimento al fondo marino, debido a que la capa caliente en la superficie separa a la
capa fría de las aguas más profundas, e impide que se deposite alimento de
tamaño grande hacia el fondo marino que cae como nieve marina. Y eso es muy
importante porque esperaríamos que de por si la fauna del mar profundo está
limitada en alimento, pero es predecible que cada año llega alimento y puede
volver a florecer. Con el cambio climático y como está calentándose el océano,
estamos viendo que cada vez caen menos partículas al fondo marino, por lo tanto,
cada vez va a estar más deprimido de alimento. La talla va a ser más pequeña, la
abundancia va a ser menor y probablemente la diversidad no cambie, pero va
estar mucho más dispersa en el océano.
Texto en off: SIGSBEE-24 también fue una plataforma de investigación
biotecnológica. La Dra. Liliana Pardo, investigadora del Instituto de Biotecnología
de la UNAM, y su equipo, montaron nuevos protocolos en tiempo real e inéditos en
el país, como la secuenciación masiva in situ que les permitirá trabajar con
bacterias como biomarcadores para analizar y monitorear modificaciones en el
ambiente como consecuencia del cambio climático. 
Dra. Liliana Pardo: lo que nosotros hemos establecido son biomarcadores de
océanos sanos, entonces si esto lo queremos monitorear cada año pensaríamos
encontrar siempre esos marcadores, eso sería lo ideal. Si estos marcadores ya no

están y empieza a haber otro tipo de bacterias como  por ejemplo, bacterias
patógenas que pueden afectar la salud de los organismos en el mar y de los
humanos, entonces será necesario  lanzar alarmas de que algo puede estar
pasando. Esta podría ser uno de los casos que podría pasar, lo ideal es tener
siempre el océano sano y siempre tener esta parte del equilibrio en el océano. 
Otra cosa que venimos a hacer es encontrar cuánto microplástico hay en el fondo
del mar. Eso es muy importante porque en el golfo de México todavía no se llega a
monitorear esto en muchas extensiones del mar. Y lo que traemos es un nuevo
microscopio que nos va a permitir ver lo que no es posible con el ojo. Ahora
traemos un microscopio de fluorescencia para poder escanear todo el sedimento
que sacamos del fondo del mar y que el microscopio nos pueda dar todos los
datos de microplásticos. 
Texto en off: Esta campaña fue una oportunidad para formar recursos humanos,
fomentar la colaboración transdisciplinaria e incentivar la vocación científica en
estudiantes de diferentes licenciaturas y posgrados de la UNAM. 
SIGSBEE-24 fue coordinada por la Dra. Elva Escobar, investigadora del Instituto
de Ciencias del Mar y Limnología (ICML-UNAM), y contó con la colaboración de
jóvenes académicos del ICML de las  disciplinas de geociencias, oceanografía
física y comunicación; de la Coordinación de Plataformas Oceanográficas (COPO)
para apoyar la adquisición de datos hidrográficos,; del Instituto de Biotecnología
de la UNAM (IBt-UNAM), a cargo de la Dra. Liliana Pardo; de alumnos de
diferentes facultades y posgrados de la UNAM; y de miembros de la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) con gran experiencia  en
conservación.
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"Desarrollamos investigación sobre biodiversidad, ecología, geoquímica y contaminación costera "

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