Este video relata cómo la física, química, biología y la geología convergen para entender la dinámica del océano en el escenario del cambio global para protegerlo y asegurar el futuro de la humanidad.
Oceanógrafos experimentados, jóvenes investigadores y estudiantes de la Escuela Nacional de Ciencias de La Tierra embarcaron en la campaña ENSO 2024, a bordo del Buque Oceanográfico "El Puma", con el objetivo de entender las implicaciones del fenómeno de "El Niño" en las costas mexicanas.
Los océanos son vida, desde su origen los océanos se convirtieron en los reguladores del clima, dando lugar a la vida en la tierra. Hoy, el futuro de la humanidad está comprometido pues hemos alterado el clima planetario, ahora más que nunca, urge estudiar los océanos para encontrar estrategias que garanticen nuestro futuro. Este es el buque oceanográfico "El Puma", un laboratorio navegante de la UNAM, abordo de él tres generaciones de científicos trabajamos codo a codo para completar nuestra misión. Desde los oceanógrafos más experimentados, los jóvenes investigadores y los futuros científicos de la tierra, trabajamos las veinticuatro horas, navegamos a cada estación de muestreo, en las profundidades nuestros ojos se transforman en el CTD, un instrumento que nos permite ver en tiempo real, las características más importantes de la columna de agua. El CTD esta acoplado a una roseta, una estructura metálica con doce botellas que vamos cerrando, una a una, en camino a la superficie. Al llegar, comienza la colecta de muestras. Primero el oxígeno disuelto, gases de efecto invernadero, nutrientes, biología molecular y clorofila. A la par de los colectores de agua, otro grupo de científicos lanza las redes bongo que capturan miles de organismos microscópicos que conforman el fitoplancton y el zooplancton. Las muestran se enjuagan, filtran y conservan para después estudiar su composición y distribución. Más tarde, el laboratorio químico navegante se pone en acción. Estimamos la concentración de oxígeno disuelto por un método químico, medimos los gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano. En la penumbra, filtramos y medimos la concentración de clorofila por espectrofotometría. Finalmente, filtramos agua para extraer el ADN de todos los microorganismos que habitan en la columna de agua. Explorar los océanos en un ambiente científico multidisciplinario es muy gratificante. Los resultados sorprenderán, cautivarán e iluminarán nuestra ruta hacia el entendimiento de los océanos, su protección y con ello aseguraremos nuestro futuro en el planeta tierra. ¡Goya, Universidad!